Los activos financieros son títulos o anotaciones contables que otorgan en el comprador derecho a recibir un ingreso futuro procedente del vendedor. Los pueden emitir las entidades económicas (empresas, comunidades autónomas, gobiernos…) y no suelen poseer un valor físico, como sí ocurre con los activos reales (como pueden ser un coche o una casa).