A diferencia del turismo clásico, donde solo basta con llegar a un lugar seleccionado y luego explorarlo a fondo, el turismo aventura exige mucho más de los visitantes. "Mirar" no es suficiente con ella. Debe contar con el hecho de que no solo sus ojos estarán involucrados durante la inspección, sino también el oído, el olfato, el gusto y el tacto.