Algunos de los trastornos más comunes en niños y adolescentes pueden curarse o resolverse de alguna manera, mientras que otros terminan convirtiéndose en problemas crónicos (a largo plazo) que resisten las mejores intervenciones de vanguardia.
¿Qué tipos de trastornos hay?
Hay una gran diversidad de formas y causas de los trastornos en niños y adolescentes. Algunos son principalmente trastornos del cerebro, mientras que otros son de naturaleza más conductual.
Los del primer grupo son causados por problemas neuroquímicos o anormalidades estructurales del cerebro. Pueden ser innatos (es decir, aparecen en o poco tiempo después del nacimiento); o pueden resultar de un estrés físico como una enfermedad o lesión, o un estrés emocional, como un trauma o una pérdida.
Por otra parte, los problemas de comportamiento son signos externos causados por una dificultad en el hogar, la escuela o entre amigos en un niño físicamente sano. Al igual que los problemas basados en el cerebro, los problemas de comportamiento también son provocados por un estrés físico o emocional.
Trastornos conductuales y emocionales en niños y adolescentes
En raras ocasiones, un niño menor de 5 años recibirá un diagnóstico de un trastorno conductual grave. Sin embargo, puede comenzar a mostrar síntomas de un trastorno que se le diagnosticará años más tarde. Estos pueden incluir:
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Depresión
No es estrictamente un trastorno infantil, pero los niños, y más que todo los adolescentes, suelen deprimirse. La depresión se diagnostica en niños de todas las edades, pero parece aumentar significativamente durante la adolescencia, apareciendo en las niñas con más frecuencia que los niños.
Los ejemplos de comportamientos que a menudo se ven en niños con depresión incluyen
- Sentirse triste, desesperado o irritable la mayor parte del tiempo
- No querer hacer o disfrutar realizar cosas divertidas
- Mostrar cambios en los patrones de alimentación: comer mucho más o menos de lo habitual
- Mostrar cambios en los patrones de sueño: dormir mucho más o menos de lo normal
- Mostrar cambios en la energía: estar cansado y lento o tenso e inquieto la mayor parte del tiempo
- Tener dificultades para prestar atención
- Sentirse inútil o culpable
- Mostrar autolesiones y comportamiento autodestructivo
Ten en cuenta que la depresión extrema puede hacer que un niño piense en el suicidio o lo intente.
Los ejemplos de comportamientos que a menudo se ven en niños con depresión incluyen
- Sentirse triste, desesperado o irritable la mayor parte del tiempo
- No querer hacer o disfrutar realizar cosas divertidas
- Mostrar cambios en los patrones de alimentación: comer mucho más o menos de lo habitual
- Mostrar cambios en los patrones de sueño: dormir mucho más o menos de lo normal
- Mostrar cambios en la energía: estar cansado y lento o tenso e inquieto la mayor parte del tiempo
- Tener dificultades para prestar atención
- Sentirse inútil o culpable
- Mostrar autolesiones y comportamiento autodestructivo
Ten en cuenta que la depresión extrema puede hacer que un niño piense en el suicidio o lo intente.
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Ansiedad
Cuando los niños no superan los miedos y las preocupaciones que son típicos en su etapa, o estos interfieren con la escuela, el hogar o las actividades de juego, se les puede diagnosticar con un trastorno de ansiedad.
Los ejemplos de diferentes tipos de trastornos de ansiedad incluyen:
- Tener mucho miedo cuando está lejos de los padres (ansiedad por separación).
- Tener miedo extremo a una cosa o situación específica, como perros, insectos o ir al médico (fobias).
- Tener mucho miedo a la escuela y otros lugares donde hay personas (ansiedad social).
- Estar muy preocupado por el futuro y por las cosas malas que suceden (ansiedad general).
- Tener episodios repetidos de miedo repentino, inesperado e intenso que vienen con síntomas como latidos cardíacos, dificultad para respirar o mareos, temblores o sudoración (trastorno de pánico).
La ansiedad puede presentarse como miedo o preocupación, pero también puede irritar y enojar a los niños. Los síntomas de ansiedad también pueden incluir problemas para dormir, así como síntomas físicos como fatiga, dolores de cabeza o dolores de estómago.
Algunos niños ansiosos se guardan sus preocupaciones y, por lo tanto, los síntomas se pasan por alto.
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Trastorno de oposición desafiante (ODD)
Cuando los niños actúan de manera persistente para causar problemas graves en el hogar, en la escuela o con sus compañeros, se les puede diagnosticar un trastorno de oposición desafiante (ODD).
El ODD generalmente comienza antes de los 8 años de edad, pero no más tarde de los 12. Los niños con ODD son más propensos a actuar de manera opuesta o desafiante con las personas que conocen bien, como miembros de la familia, un proveedor de atención regular o un maestro.
Algunos comportamientos del ODD incluyen:
- Estar enojado o perder los estribos a menudo
- Discutir con adultos o negarse a cumplir con las reglas o solicitudes de adultos con frecuencia
- Resentirse o guardar rencor con regularidad
- Molestar deliberadamente a otros o molestarse con ellos
- A menudo culpar a otras personas por sus propios errores o mal comportamiento
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