Desde su génesis, el mindfulness nació como una práctica que buscó afrontar el sufrimiento, es decir posee un sentido terapéutico.
La palabra mindfulness no tiene una traducción exacta en español, algunos autores lo han traducido como: plena presencia o atención o consciencia plena (Vallejo, 2006), pero estos términos no logran capturar del todo el sentido del concepto, ya que, o reflejan sólo una parcialidad de lo que significa, o tiene un marcado énfasis psicologista.
Etimológicamente, el término inglés mindfulness es una traducción proveniente del término Pali Sati y del término Sánscrito: Smrti. Es un concepto que el Buda enuncia cuando se refiere a cultivar la atención correcta, el séptimo elemento del óctuple sendero, con el cual el Buda buscaba trascender el sufrimiento.
De acuerdo a lo que señala Hanh, el mindfulness (Smrti en sánscrito) posee dos componentes: 1. Concentración (Samadhi en sánscrito) y 2. Comprensión profunda (Prajña en sánscrito).
La concentración (Samadhi) es la atención dirigida a alguien o algo durante un tiempo específico.
1. La concentración (Samadhi), se refiere a poder mantener la atención un tiempo sostenido en un objeto, significa poner las cosas juntas, unir una cosa con otra. Puesto en un sencillo ejemplo, hay concentración cuando una persona mira por un par de minutos la hoja de un árbol, sin distraerse, sin pensar en ninguna otra cosa, ni mirar otro objeto, en esta acción se estaría ejercitando la concentración, el samadhi.
La concentración no es sólo un ejercicio mental, sino que es un vínculo de unión entre quien observa y lo observado, en aquella atención no hay separación entre observador y observado, en esta acción se rompe el dualismo. La atención no se da nunca en el vacío, no es una atención pura, sino que siempre tiene una referencia concreta, no existe la persona en sí más concentrada, como si poseyera una cualidad intrínseca que se aplicara siempre, sino que más bien existen personas que practican la atención con “objetos concretos”. Por ejemplo, alguien que le presta atención a su hija, está practicando el Samadhi, la concentración es la atención dirigida a alguien o algo durante un tiempo específico. Filosóficamente esta comprensión de concentración podría analogarse con el concepto de intencionalidad propuesta por Franz Brentano.
2. La comprensión profunda (Prajña) por su parte, implica tener un acercamiento profundo y sentido a lo observado, poder contemplar con la mayor profundidad posible lo que ocurre, con la menor interferencia de los propios prejuicios, juicios, o intereses personales, o más bien, siendo consciente de ellos y distinguiéndolos del fenómeno observado.
La comprensión profunda (Prajña) implica poder contemplar con la mayor profundidad posible lo que ocurre.
La comprensión profunda implica un alto grado de amplitud de consciencia, mirar el fenómeno y sus raíces; graficándolo con un ejemplo, si hay una manzana sobre la mesa, diferentes personas pueden tener muy distintas experiencia y calidad de percepciones al mirar la manzana, así tenemos el caso de una persona que pasa mirando rápido al lado de la manzana porque está apurada, probablemente tenga una comprensión muy superficial del fruto, apenas se dará cuenta que la manzana está sobre la mesa, puede que esta persona ni siquiera se fije en su color y tamaño. Otra persona, que observa con más atención podría detenerse a mirar la manzana, y darse cuenta, por ejemplo, que está apoyada sobre un plato, puede percibir también que es roja, grande, que tiene una cáscara lustrosa y que está fresca.
El segundo observador tiene una comprensión un poco mayor que el primero de la manzana. También existe la posibilidad que otra persona observe la manzana con más detalle, además de percibir el color y la forma, este observador podría hacerse consciente del origen de esta fruta, de todo lo que tuvo que ocurrir para que la manzana pudiera estar sobre la mesa, que en algún instante fue una semilla que fue regada, cosechada, transportada, etc., la manzana no podría estar ahí si no fuera por al sol, el agua, la tierra, incluso una comprensión profunda podría implicar ser consciente de cuáles son las distinciones que tiene la misma persona que contempla la manzana, implicaría ser consciente de lo qué produce en el observador mirar la manzana, las sensaciones, impulsos o reacciones que aparecen ante aquella roja y lustrosa manzana, ¿tiene deseos de masticarla por ejemplo?.
Sin dudas, distintas personas pueden tener distintas formas de percibir la manzana, algunas con mayor atención que otras.
La comprensión profunda implica la hondura con que se entiende un fenómeno, y esta comprensión, al igual que la concentración, es una práctica componte del mindfulness.
En síntesis, mindfulness tiene como componentes: la concentración, es decir una unión y atención sostenida en un tiempo definido, y una comprensión profunda, es decir el grado de penetración con que son percibidas las cosas, mindfulness por ende, alude a un estado de consciencia que está íntimamente ligado a una forma de percibir el mundo, y de cómo la persona lo está habitando.
“Mindfulness es mantener viva la consciencia en la realidad presente”.
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