Los instrumentos financieros con contratos negociables que facilitan el flujo de capital entre entidades. Descubre los diferentes tipos de instrumentos financieros y por qué estos contratos juegan un papel clave en los mercados.
Un instrumento financiero es un contrato entre dos partes con el que se puede operar y puede liquidarse. El contrato, que es una forma de apoyo a la inversión, da lugar a un activo financiero para el tenedor y a un pasivo o instrumento de patrimonio para el emisor. Esto significa que una de las entidades (el comprador) tendrá el derecho para recibir ciertos recursos económicos mientras que la otra (el vendedor) tendrá una obligación para liquidar ese derecho.
El tipo de activo se refiere a la forma que puede tomar el instrumento financiero como una materia prima, una acción, un bono, un derivado o una divisa. Mientras que la obligación financiera puede ser, por ejemplo, en forma de un pago en efectivo, a partir de la entrega de otros valores, o el intercambio de valores u obligaciones financieras con otra entidad.
Principales categorías de instrumentos financieros
Instrumentos financieros no complejos
Los instrumentos financieros no complejos pueden manejarse sin necesitar un conocimiento muy especializado de los mercados. En algunas circunstancias, solo es necesaria una inversión inicial y designar a alguien para operar en tu lugar.
Entre los instrumentos financieros no complejos se incluyen los valores de renta variable, los valores de deuda y ciertos tipos de fondos de inversión.
- Los valores de renta variable se refieren a acciones de empresas.
- Los valores de deuda incluyen bonos gubernamentales (deuda pública) y societarios (deuda privada). Los valores de deuda también pueden referirse a acciones preferentes y valores garantizados, como las obligaciones de deuda garantizada (CDO).
- Los fondos de inversión incluyen fondos de cobertura y fondos mutuos. Estos instrumentos permiten que varios inversores agrupen su dinero a cargo de un especialista o sociedad que lo administre: el gestor del fondo. Habitualmente, el gestor tomará las decisiones en nombre de los inversores.
Instrumentos financieros complejos
Los instrumentos financieros clasificados como complejos son aquellos cuyo valor depende no únicamente de la oferta y la demanda, sino de una serie de factores que actúan a la vez; por lo que requieren un conocimiento profundo para poder ser manejados con éxito. Los instrumentos financieros complejos más operados son los derivados.
Los derivados son aquellos instrumentos cuyo valor y evolución tienen como base un subyacente, es decir, siguen el valor de otro activo como acciones, índices bursátiles o tipos de interés.
Ventajas y desventajas de los instrumentos financieros
Los instrumentos financieros suponen una serie de oportunidades y riesgos relacionados con su gran número y singularidad. Por ello, es fundamental tomarse el tiempo para analizar adecuadamente las propiedades de cada producto y enfocarse en los que mejor se adapten a la estrategia individual de inversión.
Los beneficios de los instrumentos financieros
Los productos financieros ofrecen diferentes ventajas dependiendo de su naturaleza. Un inversor tendrá la opción de elegir entre un instrumento financiero de retorno moderado pero consistente y un instrumento financiero de alto rendimiento, pero con mayor riesgo.
Los instrumentos financieros que invierten en valores que cotizan en bolsa o a través de herramientas especulativas pueden otorgar beneficios cuando están bien gestionados. Por ejemplo, los fondos de inversión, que son asesorados por varios expertos financieros, son inversiones con alta rentabilidad y menores riesgos debido a la amplia variedad de inversiones.
Los riesgos de los instrumentos financieros
Algunos instrumentos financieros, como los derivados, presentan riesgos específicos relacionados con los activos subyacentes. Estos productos deben ser gestionados con mucho cuidado debido a los riesgos que conlleva el apalancamiento financiero. Otros riesgos de los instrumentos financieros están relacionados con la regulación de sus mercados. Reunimos algunos de los riesgos que son indispensables considerar a la hora de gestionar el porfolio de inversión.
- Riesgo de volatilidad: este riesgo está asociado a los movimientos de los precios del mercado durante un espacio de tiempo determinado. Una mayor volatilidad implica un rango amplio en la fluctuación de los precios durante el periodo dado. Aunque es un riesgo, desde el punto de vista del trader la volatilidad también representa oportunidades para operar el mercado.
- Riesgo de divisas: este riesgo surge de la diferencia de tipos de cambio cuando el instrumento financiero se cotiza en una moneda que no es la moneda de referencia del cliente.
- Riesgo de apalancamiento: utilizar el apalancamiento financiero significa que el valor real de la exposición a un mercado es mayor que la inversión inicial. Si una operación resulta desfavorable para el inversor, las pérdidas potenciales podrían exceder el pago inicial -aunque lo contrario significa que en un resultado con beneficios, el inversor podría maximizar su capital.
- Riesgo de liquidez: es el riesgo de que a un inversor le resulte difícil comprar o vender un activo financiero de manera rápida. La liquidez de un activo depende en parte del tipo de mercado (bolsa vs OTC), pero también del instrumento financiero en particular, la oferta y la demanda.
- Riesgo de insolvencia: se produce cuando el emisor de un instrumento financiero no puede cumplir sus obligaciones (como el pago ordinario de intereses o la devolución del capital inicial al vencimiento).
- Riesgo de tasa: cuando un instrumento financiero pierde valor como resultado de una variación desfavorable de los tipos de interés. Los bonos del estado, por ejemplo, son instrumentos especialmente susceptibles a los tipos de interés.
Otros riesgos incluyen, por ejemplo, el impacto potencial de la inflación, la falta de diversificación o concentración de activos y el riesgo asociado a las inversiones en el extranjero.
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