La gestión de residuos es el conjunto de actividades necesarias para el tratamiento de los desechos, desde su generación, hasta su eliminación o reaprovechamiento.
Eso incluye la recogida de los residuos, su transporte, la gestión de los que son especialmente peligrosos, el reciclaje de los materiales aprovechable.
Objetivos de la gestión de residuos
Con el tiempo, la gestión de residuos ha cobrado una gran importancia por motivos ecológicos y económicos.
Desde los primeros tiempos, en los que la gestión de los residuos se basaba en transportarlos a un lugar apartado y usar la incineración como método de destrucción, hemos pasado a todo un proceso de reciclaje.
Además, se ha mejorado la concienciación sobre la generación de residuos, lo que ha influido en el diseño de los productos, y el consumo de los mismos, para generar menos desperdicio.
Por otro lado, las leyes con el objetivo de generar menos residuos, como cobrar las bolsas de plástico, o los planes para prohibir ese plástico en 2021 en la Unión Europea, han cambiado radicalmente la gestión de residuos.
De esta manera, los objetivos actuales de la gestión de residuos son:
- Minimizar en lo posible su generación.
- Reutilizar al máximo los materiales de esos residuos, mediante reciclaje.
- Concienciación y educación sobre la gestión de residuos.
- Mejorar el alcance de una gestión integral de residuos para que llegue a todas partes.
- Usar métodos de tratamiento y eliminación que permitan la recuperación de energía y creación de combustibles. Dos ejemplos del cumplimiento de estos objetivos son Suecia y Noruega, que llegan a ser importadores de basura para generar energía.
- Maximizar el reaprovechamiento de los residuos para tareas de abono y fertilización.
- Fomentar nuevas tecnologías de eliminación, más ecológicas y menos dañinas que métodos tradicionales, como la incineración.
Dentro de estos objetivos, los más importantes son los de prevenir la generación de residuos y minimizarlos cuando se produzcan. A continuación, encontraríamos los de reaprovechar y reciclar al máximo para ahorrar materiales, generar energía y abono. Por último, estaría el de disponer de los residuos no reciclados de la forma menos dañina posible.
Como vemos, estos objetivos conectan con el concepto de Economía Circular, tan importante hoy día.
Fases de la gestión de residuos
La gestión de residuos pasa por diversas fases:
- La recogida en el punto de generación, como puedan ser nuestros hogares.
- El transporte hasta los lugares adecuados para la siguiente fase de procesamiento.
- El procesamiento en plantas preparadas para reaprovechar lo posible.
La disposición final de los residuos que no han podido ser reaprovechados de ninguna manera.
Las diferentes formas de disponer de los residuos
Tradicionalmente, ha habido dos formas principales de disponer de los residuos, que no contribuían a reaprovechar materiales o generar energía. Se trata de:
- Los vertederos: Donde, simplemente, la basura se deposita en un lugar alejado de los núcleos de población. El riesgo de contaminación del suelo, acuíferos o el efecto de residuos peligrosos que no se han tratado es grande.
- La quema de residuos: La forma más antigua de disponer de ellos, con las emisiones contaminantes que se producen a la atmósfera.
Actualmente, se han desarrollado nuevas formas de disponer de los residuos:
- La pirólisis: Que es una incineración en tanques sellados con poco oxígeno. Eso produce una quema menos contaminante y más eficiente en cuanto a generación de energía aprovechable. En el caso de ciertos residuos orgánicos o vegetales, se puede usar para obtener combustibles.
- Reprocesamiento biológico: La materia orgánica, e incluso el papel, se pueden descomponer y formar compostaje, que sirve de abono para la agricultura.
- El reciclado: Donde el material aprovechable, como aluminio, plástico o papel, sirve para crear nuevo aluminio, plástico o papel.
- El tratamiento de aguas residuales mediante la extracción de lodos: Debido al gran crecimiento de las ciudades, el agua residual ha aumentado mucho. Mediante su tratamiento, se pueden obtener diversos tipos de lodos, que pueden ser usados en agricultura como fertilizante.
Estos son algunos de los nuevos métodos de disposición final dentro de la gestión de residuos. Cada vez se avanza más en encontrar nuevas maneras de reaprovechar al máximo los desechos, aunque aún queda mucho por recorrer.
Cómo funciona la gestión de residuos peligrosos
Mención aparte merece la gestión de residuos peligrosos. Estos son los que, internacionalmente, se han declarado como especialmente nocivos por ser:
- Explosivos o inflamables.
- Sustancias cancerígenas.
- Residuos radiactivos.
- Tóxicos y de gran peligro biológico para las personas o el ecosistema, etc.
En estos casos, el residuo se almacena, se etiqueta, se transporta al lugar adecuado y se trata. En la medida de lo posible, se intenta reaprovechar, o se dispone de manera que cause el mínimo daño.
Todas esas fases, expertos e ingenieros se encargan del proceso, intentando anular en lo posible la amenaza, recuperar lo que se pueda y cuidar mucho su transporte.
Como vemos, la gestión de residuos ha cambiado mucho en los últimos tiempos. Y una de las piezas más importantes está en nosotros. Concienciarnos de minimizar la generación de los residuos, y reciclar todo lo posible, es clave para el éxito de una gestión de residuos que cuide el medio ambiente.
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