La energía sustentable (o renovable) es aquella que, a diferencia de la tradicional (de alto costo, contaminante y agotable), se puede obtener de fuentes naturales prácticamente infinitas como el sol, el aire, la lluvia y el agua cuyo movimiento da fuerza a los ríos y oleaje a los mares y océanos.
Por su parte, el segundo grupo, las energías contaminantes (que son las realmente renovables), se obtienen a partir de la materia orgánica (o biomasa), y se pueden utilizar directamente como combustible (madera u otra materia vegetal sólida), ya sea convertido en bioetanol o en biogás, mediante diversos procesos de fermentación orgánica o biodiésel, a través de reacciones de transesterificación y de los residuos urbanos.
De acuerdo con los especialistas, esta energía se puede dividir en dos grandes grupos: la no contaminante o limpia y la contaminante. Entre las primeras, podemos mencionar
Las fuentes renovables más comunes son:
- Solar: se obtiene del calor generado por los rayos solares.
- Eólica: se obtiene a partir de la fuerza de las corrientes del viento.
- Hidráulica: se obtiene con el almacenaje de la energía contenida en las corrientes de ríos y presas.
- Mareomotriz: se obtiene al almacenar la energía contenida en mares y océanos.
- Geotérmica: provecha el calor de la Tierra.
- Undimotriz: aprovecha la fuerza con que se generan las olas.
Cabe señalar que estas energías (las contaminantes) tienen el mismo problema que la energía producida por los combustibles fósiles: en la combustión emiten dióxido de carbono, gas de efecto invernadero, y a menudo son más contaminantes puesto que la combustión no es tan limpia, emitiendo hollines y otras partículas sólidas. Sin embargo se encuadran dentro del grupo de las energías renovables porque el dióxido de carbono emitido, puede ser utilizado, en un segundo momento o generación, a manera de materia orgánica.
El futuro es sostenible
El tiempo se agota para frenar el calentamiento global y para poner fin al agotamiento de recursos. En este sentido, debemos tener en cuenta que nuestras acciones individuales pueden ser determinantes para lograr cambios globales. Ya lo decía Eduardo Galeano: “Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo”.
Reducir nuestros consumos energéticos o elegir un suministro basado en energías limpias, como las renovables, el propano o el biopropano, serán actitudes clave para lograr la sostenibilidad energética.
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