En el contexto actual, la eficiencia y competitividad de las empresas es una máxima indiscutible. Por ello, la aplicación de la filosofía Lean Manufacturing nos permitirá gestionar con gran éxito retos relacionados con los costes, calidades y nivel de entrega.
A pesar de ello, son contadas las empresas que aún hoy lo integran en sus sistemas de gestión y lo emplean como una filosofía a la hora de entender la gestión de las áreas productivas de las empresas.
Lean Manufacturing
Lean, además, significa liderazgo, trabajo en equipo y resolución de problemas. Una filosofía que lleva hacia la mejora continua a toda la organización a través de la focalización en las necesidades de los clientes, potenciando las aptitudes de los trabajadores y la mejora de los procesos.
El principal objetivo es la eliminación de los “desperdicios” con el fin de ofrecer al cliente la mejor de las calidades con un servicio y unos plazos de entrega con el menor coste posible. De esta forma, el Lean Manufacturing se basa en estos tres pilares:
- La eliminación de todo tipo de desperdicio
- La mejora continua de la productividad y calidad
- Implicación del personal y respeto al trabajador
Eliminar los desperdicios
Entendemos los “desperdicios” bajo la filosofía del Lean como todo aquello que no aporta valor al cliente. De esta manera, detectamos hasta ocho tipos de desperdicios: Sobreproducción, tiempo de espera, transporte, exceso de procesado, inventario, movimiento, defectos y potencial humano infrautilizado.
‘Lean’ significa “esbelto”, “sin grasa”, “ágil”… Atributos que, al fin y al cabo, son más que apetecibles si nos referimos a plantas productivas.
De esta manera, estos desperdicios no hacen otra cosa que añadir coste aumentando las necesidades del cliente sin incrementar el valor que este percibe del producto. Y es que hemos de recordar y tener presente que el coste siempre ha sido un factor fundamental para competir.
Lean Manufacturing
Lean Manufacturing está compuesto de una serie de herramientas que tienen como único fin la eliminación o reducción de los mentados desperdicios.
Mayor calidad, gamas de producto más pequeñas
En los últimos años, los clientes se han vuelto más exigentes. Tanto es así, que hoy piden a las empresas una mayor calidad y gama de productos en cantidades más pequeñas. De esta manera, la pelota está en nuestro tejado, pues somos las empresas las que corremos en este momento con el riesgo que suponen los stocks.
Esto obliga a los productores a afinar más. Pues bien, a pesar de no eliminar este hecho, el SMED ayuda a mejorar la productividad y el lead time. Y es que en nuestra experiencia hemos llegado a encontrar empresas que ha reducido hasta en un 70% los tiempos de cambio, permitiendo a nuestro cliente reducir el tamaño del lote, haciéndose más flexible, mejorando el servicio y, sobre todo, reduciendo sus stocks.
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