El estrés es uno de los problemas psicosociales que más ha aumentado en los últimos tiempos; no sólo por los efectos de la pandemia sino también por las responsabilidades y las exigencias de un mundo que cambia a un ritmofrenético. Concretamente, el binomio estrés-trabajo parece cobrar más relevancia (en parte, a causa del teletrabajo).
De ahí que las personas, las empresas y los profesionales estén/estemos cada vez más concienciados respecto al estrés laboral.
Parte de esta toma de conciencia es fomentar el conocimiento sobre el estrés en el trabajo, por lo que abordaremos tanto su concepto como sus síntomas y causas, brindando una serie de consejos para prevenirlo.
Qué es el estrés laboral: primeras señales
La ansiedad suele ser el primer síntoma que nota la persona con estrés laboral. La expresión más evidente del llamado síndrome del trabajador quemado es la desmotivación total hacia el trabajo. Incluso la sola idea de acudir al puesto de trabajo hace que la persona que sufre este problema se sienta muy mal, emocional y físicamente.
En ocasiones, y especialmente los domingos por la tarde-noche y los momentos previos al comienzo de la jornada, la persona empieza a experimentar sentimientos de desgana y desmotivación. Pero a veces el síndrome del burnout no queda ahí, sino que pueden aparecer problemas más peligrosos para la salud, como úlceras, insomnio, infartos, alcoholismo… A todo ello, cabe sumar que probablemente su malestar acabará trascendiendo el ámbito laboral, manifestándose a nivel personal, familiar y social.
¿Estrés puntual o crónico?
El primer consejo a tener en cuenta es que la persona debe aprender a distinguir cuándo se trata de un episodio puntual de estrés o cuando sufre de estrés permanente o crónico. En concreto, muchos trabajos o profesiones pueden tener lo que llamamos ‘picos’ de estrés. Por ejemplo: alguien que se dedica al turismo experimentará un incremento en el volumen de trabajo durante los meses de verano, volviendo a posteriori al ritmo habitual.
Las personas deben conocerse a sí mismas y estar atentas a las señales. Es muy importante darle al estrés la importancia que merece, sobre todo cuando es permanente. Pero, para hacerlo, hay que ser capaz de detectarlo. Las señales de alerta del estrés dependen de la persona pero, por norma general, se notan determinados cambios:
- Cansancio
- Problemas para mantener la concentración
- Apatía y desmotivación generalizadas
- Sentimientos de vacío
- Irritabilidad
- Cambios de humor
- Pesadillas
Es cuando aparece la desmotivación total hacia el trabajo, esa sensación pesada el domingo por la tarde pensando que al día siguiente hay que ir a trabajar, cuando podemos comenzar a plantearnos si existe algún tipo de estrés, pero también si con frecuencia padecemos dolores de cabeza a lo largo de la jornada laboral, molestias estomacales, llanto inmotivado, tensión muscular o cualquier otro síntoma indicador de que algo no está marchando bien.
Principales síntomas del estrés laboral
Como avanzábamos, dependen de cada persona, pero a menudo el trabajo no es el único factor que genera estrés. Por ello, es indispensable que hagamos introspección y aprendamos a distinguir qué parte del estrés podemos achacar a la tensión en el trabajo y cuánta proviene de la propia persona.
Una persona afectada por estrés laboral suele presentar tanto síntomas cognitivos y emocionales como físicos. Veamos algunos de los más comunes:
Síntomas psíquicos del estrés laboral
- Preocupación
- Inseguridad
- Miedo
- Percepción negativa de uno mismo
- Miedo a las equivocaciones
- Dificultad para concentrarse
- Ansiedad
- Depresión
- Cambios de humor, irritabilidad, desgana, insomnio...
Síntomas físicos del estrés laboral
- Sudoración
- Palpitaciones
- Dolores de cabeza
- Tensión muscular
- Taquicardia
- Molestias en el estómago
- Dificultades respiratorias
- Mareos
- Náuseas
Principales causas del estrés laboral
Lo mismo ocurre en este apartado: la confluencia de causas que generan estrés en el trabajo puede variar en función de cada persona. Si bien es cierto, en términos generales suelen repetirse una serie de factores determinantes.
Los recogemos aquí:
- Sobrecarga o falta de trabajo
- Ritmo de trabajo acelerado
- Peligrosidad
- Plazos de entregas insuficientes
- Jornadas de trabajo excesivas
- Ausencia de responsabilidades definidas
- Falta de reconocimiento en el entorno laboral
- Inestabilidad laboral (por ejemplo, turnos cambiantes)
- Inseguridad en el trabajo (miedo a perderlo)
- Condiciones desagradables o insuficientes
- Falta de estímulos
- Problemas de conciliación con la vida personal
- Nivel de autoexigencia desmedida
- Miedo a no cumplir expectativas
- Tensiones o fricciones con compañeros o superiores
- Exposición a prejuicios (edad, raza, sexo, religión…)
- Acoso laboral omobbing
Cómo prevenir el estrés laboral y controlarlo
La gestión del estrés laboral es un tema complejo sobre el cual no puede generalizarse, pues cada persona debe conseguir sus propias herramientas para gestionar estas sensaciones. Éstas dependen tanto de su personalidad como de sus circunstancias laborales.
Por un lado, las empresas deben cuidar a sus trabajadores haciendo que se sientan tranquilos, seguros, motivados y valorados.
Por otro, el trabajador debe plantearse si está cayendo en una excesiva autoexigencia, sentido de la responsabilidad, necesidad de tener todo bajo control, incapacidad para delegar, etc. Tanto es así que muchas veces en las personas que consultan por este problema el origen del estrés está más en la forma en que la persona se relaciona con el trabajo que con la presión externa. Por supuesto, no es que no la haya, sino que no es el único factor de estrés. Nuestra cultura y la educación recibida en la familia y la escuela muchas veces ha potenciado el trabajo y la responsabilidad por encima de todo, y esto ha hecho daño a mucha gente que se olvida de cuidarse y disfrutar.
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