El compliance, o cumplimiento normativo, es una función que tiene como objetivo asegurar que una empresa actúa de acuerdo con la ley y con los principios éticos que rigen su actividad. El compliance no solo implica conocer y respetar las normas legales, sino también prevenir, detectar y corregir posibles incumplimientos que puedan generar riesgos o sanciones para la empresa.
El compliance es una responsabilidad de todos los miembros de la organización, desde los directivos hasta los empleados, pasando por los proveedores y los clientes. Sin embargo, para que el compliance sea efectivo, se requiere de una figura especializada que se encargue de diseñar, implementar y supervisar el sistema de cumplimiento normativo. Esta figura es el compliance officer, o responsable de cumplimiento, que debe contar con la formación, la experiencia y la independencia necesarias para desempeñar su labor.
¿Qué beneficios tiene el compliance para la empresa?
El compliance no solo es una obligación legal, sino también una oportunidad para mejorar la competitividad y la reputación de la empresa. Algunos de los beneficios que aporta el compliance son:
- Evitar o reducir las sanciones administrativas, civiles o penales que puedan derivarse de incumplimientos legales.
- Proteger la imagen y la confianza de la empresa ante sus clientes, proveedores, socios, inversores y autoridades.
- Mejorar el clima laboral y la motivación de los trabajadores, al fomentar una cultura de integridad y transparencia.
- Diferenciarse de la competencia y generar ventajas competitivas, al demostrar un compromiso con la calidad, la responsabilidad social y el desarrollo sostenible.
- Prevenir y gestionar los riesgos legales, operativos, financieros y reputacionales que puedan afectar a la empresa.
¿Qué tipos de compliance existen?
El compliance abarca diferentes ámbitos de la actividad empresarial, que pueden requerir de normativas y procedimientos específicos. Algunos de los tipos de compliance más relevantes son:
- Compliance penal: se refiere al cumplimiento de las normas penales que pueden afectar a la empresa, como el fraude, la corrupción, el blanqueo de capitales, la financiación del terrorismo, la violación de secretos, los delitos contra la propiedad intelectual o industrial, los delitos contra el medio ambiente, los delitos contra la salud pública, los delitos contra los derechos de los trabajadores, los delitos societarios, los delitos fiscales, los delitos informáticos, etc. El compliance penal tiene como objetivo evitar que la empresa pueda ser responsable penalmente por los delitos cometidos por sus directivos o empleados, o por terceros que actúen en su nombre o interés. Para ello, se debe contar con un modelo de prevención de delitos, que incluya medidas de identificación, evaluación y control de los riesgos penales, así como mecanismos de supervisión, formación, comunicación y sanción.
- Compliance tributario: se refiere al cumplimiento de las obligaciones fiscales que corresponden a la empresa, como el pago de impuestos, la presentación de declaraciones, la conservación de documentos, la colaboración con la administración tributaria, etc. El compliance tributario tiene como objetivo evitar o reducir las sanciones, los recargos, los intereses o las inspecciones que puedan derivarse de incumplimientos fiscales. Para ello, se debe contar con una política tributaria, que defina los criterios, los procedimientos y los controles internos para asegurar el cumplimiento de las normas tributarias, así como con un asesoramiento fiscal profesional y actualizado.
- Compliance laboral: se refiere al cumplimiento de las normas laborales que regulan la relación entre la empresa y sus trabajadores, como el contrato de trabajo, el salario, la jornada, el descanso, las vacaciones, las licencias, la seguridad social, la prevención de riesgos laborales, la igualdad, la no discriminación, el acoso, la protección de datos, etc. El compliance laboral tiene como objetivo evitar o reducir las sanciones, las reclamaciones, las demandas o los conflictos que puedan derivarse de incumplimientos laborales. Para ello, se debe contar con un código de conducta laboral, que establezca los principios, los valores y las normas que deben regir el comportamiento de los trabajadores, así como con un sistema de gestión de recursos humanos, que garantice el cumplimiento de las obligaciones laborales y el respeto de los derechos de los trabajadores.
- Compliance ambiental: se refiere al cumplimiento de las normas ambientales que afectan a la actividad de la empresa, como la gestión de residuos, las emisiones, los vertidos, el ruido, el consumo de energía, el uso de recursos naturales, la protección de la biodiversidad, el cambio climático, etc. El compliance ambiental tiene como objetivo evitar o reducir las sanciones, los daños, las responsabilidades o las compensaciones que puedan derivarse de incumplimientos ambientales. Para ello, se debe contar con un sistema de gestión ambiental, que incluya medidas de prevención, control y mejora del impacto ambiental de la empresa, así como con una certificación ambiental, que acredite el cumplimiento de los estándares de calidad y sostenibilidad.
Estos son solo algunos ejemplos de los tipos de compliance que existen, pero hay muchos más, como el compliance financiero, el compliance mercantil, el compliance de protección de datos, el compliance de seguridad de la información, el compliance de prevención de blanqueo de capitales, el compliance de prevención de la financiación del terrorismo, el compliance de prevención de la corrupción, el compliance de competencia, el compliance de consumo, el compliance de propiedad intelectual e industrial, el compliance de seguridad alimentaria, el compliance de seguridad y salud en el trabajo, el compliance de igualdad, el compliance de no discriminación, el compliance de derechos humanos, el compliance de responsabilidad social corporativa, etc.
¿Cómo formarse en compliance?
El compliance es una función cada vez más demandada por las empresas, que requiere de profesionales cualificados y actualizados. Para formarse en compliance, se puede optar por diferentes opciones, como cursos, másteres, posgrados, diplomados, etc. Algunos de los aspectos que se deben tener en cuenta a la hora de elegir una formación en compliance son:
- El contenido: debe ser completo, práctico y adaptado a la realidad y a las necesidades de las empresas.
- La metodología: debe ser flexible, dinámica y participativa, que facilite el aprendizaje y la interacción con el profesorado y con otros alumnos.
- El profesorado: debe ser experto, reconocido y con experiencia en el ámbito del compliance, que aporte conocimientos, casos y buenas prácticas.
- La titulación: debe ser oficial, acreditada y homologada, que certifique la formación y el nivel adquirido en compliance.
- La institución: debe ser prestigiosa, solvente y con trayectoria, que ofrezca garantías de calidad y de servicio.
En CEUPE, Centro Europeo de Postgrado y Empresa, ofrecemos una amplia oferta formativa en compliance, que cumple con todos estos requisitos. Nuestros programas de compliance están diseñados para formar a profesionales capaces de asumir la función de compliance en cualquier tipo de empresa u organización, con una visión global, estratégica y práctica del cumplimiento normativo. Además, contamos con un equipo docente de primer nivel, formado por profesionales en activo del sector del compliance, que comparten sus conocimientos y experiencias con los alumnos. Asimismo, nuestros títulos son oficiales, acreditados y homologados por la Universidad Rey Juan Carlos, una de las más prestigiosas de España.
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