El marketing y la política son dos disciplinas que, aunque parezcan muy distintas, tienen mucho en común. Ambas buscan influir en la opinión y el comportamiento de las personas, ya sea para vender un producto o servicio, o para obtener un voto o un respaldo. Ambas se basan en la investigación, la planificación, la gestión y la comunicación para diseñar y ejecutar acciones estratégicas que les permitan alcanzar sus objetivos. Y ambas se enfrentan a un entorno cada vez más competitivo, cambiante y exigente, donde la imagen, la reputación y la confianza son factores clave para el éxito.
¿Qué es el marketing político?
El marketing político o mercadotecnia política es el conjunto de técnicas de investigación, gestión, planificación y comunicación para diseñar y ejecutar acciones estratégicas a lo largo de una campaña política, sea electoral o para la difusión de un mensaje de una institución política.
El marketing político tiene como finalidad estrechar la relación entre el electorado y el candidato o su formación política, gracias al impulso de su reputación, al mostrar las ventajas de sus propuestas e ideas, y al generar confianza y simpatía en el mercado electoral.
El marketing político debe emplearse de forma responsable y ética, buscando atender a las necesidades de la sociedad, educar a los votantes sobre la vida política, promover su participación y mantenerlos informados sobre los trabajos realizados durante el mandato.
¿Qué estrategias de marketing político se pueden aplicar?
El marketing político aplica técnicas de comunicación con el objetivo de construir una imagen fuerte y carismática ante el público objetivo. Para ello, se pueden emplear algunas estrategias, como las siguientes:
Análisis del mercado electoral: Consiste en realizar investigaciones sobre los electores, sus deseos, sus necesidades, sus opiniones y sus actitudes, mediante encuestas, cuestionarios, focus groups, etc. También se puede aprovechar la información que proporcionan Internet y las redes sociales, donde los ciudadanos expresan sus preferencias y comentarios sobre los temas políticos4.
Creación de una marca política: Se trata de definir la identidad, los valores, la misión y la visión del candidato o del partido político, así como el posicionamiento, el slogan y el logo que los representen. La marca política debe transmitir confianza, credibilidad, diferenciación y coherencia, y debe estar alineada con las expectativas y demandas de los electores.
Segmentación y personalización: Consiste en identificar y clasificar a los electores en función de sus características demográficas, geográficas, psicográficas y conductuales, y adaptar el mensaje y el tono de la comunicación a cada segmento. También se puede personalizar la comunicación mediante el uso de nombres, datos y referencias específicas, para generar mayor cercanía y empatía.
Comunicación integral: Implica utilizar diversos canales y medios de comunicación, tanto tradicionales como digitales, para difundir el mensaje político y llegar a la mayor audiencia posible. La comunicación integral debe ser coherente, consistente y coordinada, y debe combinar elementos racionales y emocionales, para persuadir y movilizar a los electores.
Monitorización y evaluación: Consiste en medir y analizar los resultados y el impacto de las acciones de marketing político, mediante indicadores como el grado de conocimiento, la intención de voto, la satisfacción, la fidelidad, el recuerdo, la reputación, etc. La monitorización y la evaluación permiten detectar las fortalezas y debilidades de la campaña, y realizar los ajustes necesarios para mejorar el rendimiento.
Como ves, el marketing político es una herramienta muy útil y poderosa para los actores políticos, que les permite comunicarse mejor con los ciudadanos, conocer sus necesidades y expectativas, y ofrecerles soluciones y propuestas que les aporten valor. El marketing político también beneficia a la sociedad, ya que fomenta el debate, la participación y la transparencia en la vida política. Por eso, es importante que el marketing político se realice con profesionalidad, responsabilidad y ética, respetando siempre los principios democráticos y los derechos de las personas.
INFLUENCIA POLÍTICA
La influencia política de los grupos de interés en los procesos legislativos (a menudo denominada lobbying ) generalmente se considera una preocupación legítima en las democracias pluralistas. Tanto las empresas comerciales como las organizaciones no gubernamentales ejercen influencia política. Básicamente, existen dos formas de intervenir en el proceso político, que se diferencian principalmente en los respectivos destinatarios y los diferentes instrumentos correspondientes: la representación de intereses directamente ante los políticos (gobierno y/o parlamentarios) y las relaciones públicas políticas a través del público (medios de comunicación, campañas , etc.).
La influencia política tiene como objetivo hacer cumplir (o al menos tener en cuenta) los propios intereses. Aquí el lobbyista se distingue claramente del asesoramiento político , cuya intención es mostrar opciones al actor político y crear conocimiento de orientación. La influencia política, por otra parte, persigue ciertos intereses individuales que se comunican a los políticos o al público.
Los instrumentos clásicos en materia de influencia política incluyen debates políticos, la organización de eventos (como veladas parlamentarias) y la observación de procesos y debates políticos en forma de seguimiento. En la preparación, lo ideal es trazar las líneas argumentales, desarrollar un concepto estratégico y redactar documentos de posición y estrategia. El objetivo es siempre hacer que los políticos escuchen intereses específicos con la ayuda de la llamada gestión política.
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